El período conocido como Colonia duró casi dos siglos y medio: desde 1601 hasta 1810. Más exactamente,

se inicia con el término del gobierno de García Hurtado de Mendoza (en la segunda mitad del siglo XVI) hasta la Independencia (en la primera década del siglo XIX) .

Durante la Colonia los españoles se establecieron con relativa calma entre el río Elqui y el Biobío, y llegaron desde España en mayor número que durante la Conquista. Las villas o ciudades fundadas en la Conquista crecieron y tomaron un ritmo de vida más urbano que rural. El territorio al norte del Biobío, estaba en paz y la economía se desarrollaba en forma creciente; la agricultura y la ganadería alcanzaron un mayor desarrollo.

Sin embargo, en la Colonia existieron también numerosos problemas: el peligro de los constantes levantamientos generales de los araucanos; los asaltos costeros de nuestro país por corsarios o piratas ingleses, franceses y holandeses; finalmente, fuertes terremotos y epidemias que pusieron en constante peligro la vida humana.

El gobernador, máximo representante del rey en el reino de Chile.

El representante del monarca en Chile recibía el nombre de gobernador, capitán general o presidente. Era el jefe máximo del Ejército y presidía las sesiones de la Real Audiencia.(En la imagen: llegada de un gobernador)

El gobernador era designado por el propio monarca y extraordinariamente de modo interino por el virrey del Perú. Los gobernadores de Chile, dado el peligro que representaba la Guerra de Arauco, vivían con frecuencia en la ciudad de Concepción: así sucedió en el siglo XVI y gran parte del XVII.

Los gobernadores de Chile fueron casi todos españoles y les estaba estrictamente prohibido establecer relaciones estrechas en el país; de ese modo no podían contraer matrimonio, no podían ser padrinos, comprar propiedades, aceptar regalos u obsequios. Esta medida la tomaba el monarca para que no se aprovecharan de la distancia y lejanía para enriquecerse. Una vez que el gobernador era relevado de sus funciones se le sometía a un juicio llamado de residencia para ver si había faltado a sus obligaciones o había transgredido lo que le estaba prohibido

La Real Audiencia

Era el más alto tribunal de justicia en Chile. Sus atribuciones eran múltiples: servía de consejo al gobernador; era tribunal de apelaciones de juicios realizados en otros tribunales menores; vigilaba el cumplimiento de las funciones de los empleados reales; examinaba las ordenanzas de los cabildos; velaba por que se diera buen trato a los indios; vigilaba que se cumplieran los derechos que tenía el monarca sobre la iglesia.

La primera Real Audiencia se instaló en la ciudad de Concepción y en el año 1609 se trasladó definitivamente a Santiago. Estaba formada por cuatro oidores y un fiscal y era presidida por el gobernador.

Los miembros de la Real Audiencia fueron generalmente españoles y gozaban de especial consideración.

Al igual que el gobernador, les estaba prohibido comprar o vender bienes, contraer compromisos sociales o cualquier otro acto que atentara contra la buena y correcta administración de la justicia.

El Cabildo

El Cabildo fue una de las más importantes instituciones coloniales de América hispana. Su función principal era velar por el progreso de la ciudad; tenía funciones judiciales, ya que dictaba sentencias en primera instancia; funciones económicas, en cuanto controlaba y fijaba precios y medidas; concedía autorización para explotar negocios y regulaba la vida comercial de la ciudad; además tenía funciones municipales ya que se preocupaba de aseo, del ornato, del alumbrado y de la policía de la ciudad.

Los miembros del Cabildo eran, normalmente: dos alcaldes, jueces de primera instancia; seis regidores que velaban por el cuidado de la ciudad: un alférez real que cuidaba el estandarte real y el fiel ejecutor quien vigilaba el comercio, en especial los precios y las medidas de pesos y capacidades. Existían, además, otros cargos menores.

Para ser miembro del Cabildo sólo era necesario ser vecino, por lo tanto los criollos tuvieron acceso a estos cargos, transformándose así en la única expresión de poder político que tuvo el criollaje .

Fueron, sin lugar a dudas, la auténtica expresión de los hombres nacidos en esta tierra, que por ese sólo hecho estaban excluidos de pertenecer a la Real Audiencia o ser nombrados gobernadores.

El Cabildo se reunía en sesiones ordinarias a las que asistían sólo sus miembros y en sesiones extraordinarias, también llamadas Cabildos Abiertos, a las que concurrían un número elevado de vecinos. Eran convocados para resolver importantes asuntos en la ciudad.Los más importantes Cabildos Abiertos de Santiago fueron el que nombró gobernador a Pedro de Valdivia en 1541 y el que nombró a la Primera Junta de Gobierno en 1810.